La economía del mundo depende de cada uno de nosotros. Las grandes empresas nos convencen de que necesitamos satisfacciones especificas para vivir. La economía nos controla, nos convence de que necesitamos sus productos, nos provoca deseos. Estos deseos son los que nos llevan a consumir diariamente varios productos, muchos de los cuales son necesarios, pero otros simplemente no lo son. Todos estamos encarcelados en un ciclo para mantener la economía.
Debemos aprender a ser consumidores responsables, debemos cambiar nuestros hábitos de consumo ajustándolos a nuestras necesidades reales y optar en el mercado por opciones que favorezcan la conservación del medio ambiente y la igualdad social.
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